sábado, 22 de marzo de 2008

Mundo interior.

Hay gente que puede pasarse un par de horas mirando las nubes en completo silencio y no aburrirse: tienen muchas cosas en qué pensar, mucha imaginación con la que jugar,...
Otros no se conforman con tener 200.000 estímulos a su alrededor.
Lo ideal, a mi entender, es saber dosificar la estimulación que te rodea. Si te acostumbras a tener mucha, después te aburrirás en un pueblo tranquilo. Y si te acostumbras a poca, te resultará super-agobiante una gran ciudad. Una vez más, en el medio está el equilibrio.

4 comentarios:

HADEX dijo...

Ja ja ja. Me temo que yo soy de las que necesita los 20.000 estímulos. Me cuesta mucho estar en silencio conmigo misma. Necesito oir constantemente...me pasa desde jovencita. Siempre escuchando la radio, el mp3 allí donde voy necesito escuchar...Ni siquiera puedo dormir en silencio. Reconozco que es agotador, ya que la mitad de las veces no descanso bien.

Eticaniano dijo...

¡Vaya, vaya! Lo que no entiendo es que tengan que ser estímulos auditivos. Los niños hiper-activos quieren todo tipo de estimulación. Por cierto: eran 200 mil.

Eticaniano dijo...

Oye, Hadex: si quieres cambiar esa situación agotadora, creo que es bastante fácil: no creo que sea exactamente algo así como una fobia al silencio, pero se puede ir manejando poco a poco esas cosas con desensibilización y cosas por el estilo que se usan con las fobias, que puedes buscar en el DSM-3 ó DSM-4,...

Eticaniano dijo...

Me parece a mí que los ruidos nos afectan bastante más de lo que creemos. Cuando me ha tocado dormir al lado de avenidas ruidosas, resulta que dormía bien pero me levantaba con sensación de cansancio, como si no hubiera dormido nada. Demasiados ruidos hoy día.