jueves, 17 de abril de 2008

"Objetivos del milenio".

En algunos lugares y épocas era costumbre llegar a la casa del vecino que se había quedado con pocos recursos y dejar encima de la mesa 100.000 pesetas con la siguiente explicación: "Si algún día puedes, nos lo devuelves; si no, da igual". La solidaridad era mutua, evidentemente.
Una costumbre que a todos nos vendría muy bien a la larga sería la de ir a la casa del país pobre a dejar sobre su mesa lo que sobra en la casa de los otros países.

4 comentarios:

HADEX dijo...

Pues mira tú qué cosas que hoy he estado pensando en ello. Viendo un documental sobre una gala benéfica para recaudar fondos para unos niños....en la gala la peña bebía champagne caro y comía marisco....Qué porquería de mundo!!!!!

Eticaniano dijo...

Ya había oído más casos por el estilo: se aparenta una cosa y se demustra la contraria. Siempre digo que hay que fijarse en los hechos, no en lo que se dice: de palabra todos somos estupendos; de hechos, mejor me callo. Precisamente estaba pensando estos últimos días en un libro que trata algo de esto, y cuyo título es casi un sinónimo de tu última frase ( "Qué porquería..."): "Cierto olor a podrido" (Martín Vigil). De todas formas, hay que tener en cuenta que este mundo es muy contradictorio, y al lado de la porquería nace una flor (lo sé porque he sacado estiércol muchas veces; y no me ha dado asco, cosa que sí me ha dado cuando he visto ciertas cosas). Pero a lo que iba: estoy convencido de que hay por ahí escondidos millones de comportamientos salidos de corazones sanos (como dice uno de mi pueblo) que al ser discretos apenas se conocen. Habría que sacar a la luz también estas cosas que servirían de ejemplo. Si no fuera por los millones y millones de personas que diariamente cumplen con sus obligaciones,...
Además, creo que el tiempo pone a cada cual en su lugar, y cuando se va el camino equivocado, se pueden sacar ventajas a corto plazo, pero al final es fácil chocar contra un muro.

Aneralia dijo...

totalmente de acuerdo con vosotros. Este mundo está lleno de espíritus arruinados.

Eticaniano dijo...

Buena definición: "espíritus arruinados"; a veces se disfrazan para que no se les note; por eso conviene afinar la vista, el oído, el tacto (social), el olfato (social), la intuición, el sentido común,... para desenmascararlos. Y a la vez apoyar al máximo a la persona integra, al "corazón sano" (como dice G.),... He estado buscando (mentalmente) de entre los muy famosos (incluidos los históricos) que todo el mundo conozca, alguno que sirva de verdadero ejemplo para los niños de hoy, pero no se me ocurre ninguno. Mira a ver si encuentras tú alguno (tú y todo el que quiera: se admite toda colaboración bienintencionada).